Era el octavo cigarrillo que fumaba desde que había comenzado el año, apenas un par de horas antes. El viento jugaba a esconderse entre su pelo liso color azabache que no le llegaba ni a los hombros. Miraba con total pasividad la copa de vino que sostenía en la mano izquierda.
—La he perdido —decía Dmitry al tiempo que se llevaba a los labios la tercera botella de cerveza.
Estaba destrozado, había destruído su más que perfecta relación con la mujer que amaba y todo por unos polvos con Zhenya. Ella no pudo evitar sonreír. Era eso lo que quería desde el principio, ver sufrir a Sveta. No tenía nada contra ella pero sabía que era un pilar fundamental en la vida de Dasha. El simple hecho de pensar en ésta última abría una herida que parecía no querer cicatrizar nunca.
—Se acabó, la he jodido —seguía lamentándose Dmitry.
—Yo también he amado a una mujer —confesó Zhenya desinteresadamente mientras observaba derretirse el hielo de su vaso—. La amé tanto que hubiese dado cualquier cosas por ella. Y aún así, ella tiró mi corazón en la primera esquina que encontró tan pronto se cansó de mí.
—¿Te enamoraste de una mujer? —preguntó perplejo, consiguiendo su atención.
—Sí. Es más, te confesaré una cosa: Prometí que no descansaría en paz hasta ver como su vida se desmoronaba, hundiendo a las personas que más quería; personas cuyo amor nunca infravaloraría.
—¿Y lo hiciste? ¿Te vengaste?
Zhenya ofreció una sonrisa tan sensual como malévola.
—Claro. Me acosté contigo, rompiendo la burbuja de felicidad de su querida hermana.
(Podéis enviar nuevo material para el número de
Febrero de la revista Rêveurs hasta el día 27.
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La venganza a veces mueve a las personas más incluso que el amor. Da escalofríos.
ResponderEliminarHacía tiempo que no comentaba por aquí (pasar, paso bastante más a menudo). Siempre es un placer dejar palabritas para textos así.
Un besote :)
Vaya, vaya qué sorpresa. Cuando se vengue descubrirá que no ha ganado nada, solo ha perdido. La venganza solo trae malos sentimientos y deja una inmensa sensación de vacío en el pecho.
ResponderEliminarMuá! :)
No entiendo la gente que se acuesta con otra estando enamorados de su pareja...la verdad no puedo con ello!
ResponderEliminarqué bueno!!! :)
ResponderEliminarTe sigo, que lee lo revista pero aun no me habia hecho seguidora oficial :3
Un beso!
me gusta mucho el relato es excelente ^^
ResponderEliminarbesitoss!
La venganza es un plato que se sirve frío. Y, por muy mal que suene, todos -o casi todos- estamos dispuestos a dañar a quien nos dañó primero.
ResponderEliminarPreciosa entrada, me ha gustado mucho.
Mi cerebro no concibe estos actos :s
ResponderEliminarUn beso
Uy, ¿Yo aún no he leído esta entrada? :3
ResponderEliminarLa gran pregunta es, ¿Dmitry realmente la amaba? Entonces, ¿Por qué buscar calor en los orgasmos de otra mujer?
Son de esas cosas que nunca consigo comprender.
<3
Vaya esta entrada es la definición de muchos eh¿! En fin.. Muy muy buena :) me ha parecido super interesante el diálogo no ha decaído en ningún momento!
ResponderEliminarUn abrazo!
Guau. Me encanta la entrada. Es la primera vez que paso por aquí y me ha hechizado. He oido, mas bien leído, mucho sobre ti en twitter (¿no nos conociamos? Soy Jessica_Lilith)y tu blog es mucho mejor de lo que me esperaba.
ResponderEliminarAcabo de descargarme tu revista, y tengo unas ganas de leermela enterita.
Un besazo!
La venganza es la venganza, digamos que no tiene un significado concreto. Me ha encantado tu entrada, y desde luego da por hecho que te seguiré y te leeré:)
ResponderEliminarUn besazo enorme desde http://cuandolaimaginacionvuela.blogspot.com/
La venganza es dulce, aunque siempre deja restos de ese odio en el corazón.
ResponderEliminarUn beso enorme bonita :)